Toma un recipiente de vidrio y vierte todos los ingredientes secos: la harina, la levadura activa, y la sal; y luego mézclalos.
En otro recipiente de vidrio, vierte el agua y el sirope de maple; y después revuelve.
Si así lo deseas, puedes dejar la mezcla sencilla y original.En mi caso, me gusta darle valor nutricional y, por esa razón, agrego algunas semillitas a la mezcla.Si quieres hacerlo igual que yo, ¡continúa leyendo! Toma nuevamente el recipiente que contiene la mezcla de ingredientes secos.
Agrega las semillas de chía, las semillas de girasol y las semillas de calabaza; y vuelve a mezclar.
Agrega el agua mezclada con sirope de maple.
Comienza a mezclar, bien sea con una espátula, cuchara, e incluso con tus propias manos. Y cuando sientas la masa un poco chiclosa, es indicativo de que ya está lista.
Toma el molde en el que vas a hornear el pan y comienza a regar un poco de aceite de coco por toda la superficie de adentro.
Luego riega algunas semillitas (de las que quieras) al gusto para que, con el aceite, se adhieran al molde.
Toma la mezcla de pan integral y acomódala de la mejor manera dentro del molde para que al final quede tan presentable como bonita.
Vuelve a tomar un poco de esas semillitas que colocaste al fondo del molde y viértelas por encima de la mezcla del pan.
Toma un trapito de cocina o papel y cubre la mezcla.
Déjala reposar por 20 minutos dentro de un sitio oscuro y hermético. El microondas, por ejemplo.
Llévalo al horno, a 350 grados por 45 minutos.
Y... ¿adivina qué? ¡Listo para comeeer!