Vierte la leche evaporada en el recipiente de la batidora y comienza a batir.
Deja que la batidora actúe por espacio de un par de minutos y, mientras, vierte el sobre de gelatina en media taza de agua y revuelve constantemente hasta lograr una completa disolución.
Continúa batiendo, pero esta vez, a velocidad baja.
Ve agregando poco a poco el agua con la gelatina diluida y no pares de batir.
Cuando la mezcla adquiera la textura de un mousse, detén la batidora. ¡Y eso es todo, mi gente!
Ahora, para presentarlo, toma el recipiente de tu preferencia y rocía un poco de clara de huevo por las paredes del mismo.
Coloca los trocitos de fresa en el fondo del molde y luego vierte el mousse por encima.
Llévalo al congelador durante unos 10 o 15 minutos. ¡No más!
¡Y a disfrutaaar!