No puedes controlar lo que otros piensen de ti…

…pero tampoco puedes permitir que te importe.

¡Así es, amigo(a)!

La percepción que tenga otra persona sobre ti, no depende de ti. Entonces no dejes que te afecte.

Y lo digo porque me doy cuenta de que, hoy en día, solemos vivir esclavizados del famoso “¿qué dirán?”. ¡Y no debería ser así!

Se supone que estamos en esta vida para hacer lo que nos guste, lo que nos plazca, lo que deseemos, y lo que nos haga feliz. Sin dañar a terceros, claro.

No obstante, estamos más pendientes de ver a quién complacemos, de hacer lo que otros dicen, y de buscar la aprobación de quienes no terminan de aceptarnos por cualquier motivo.

Y es preocupante, porque no te imaginas la energía tan brutal que eso resta en nosotros.

Si bien es cierto que no debemos ir por la vida sin que nada nos importe, también me gusta acotar que tratar de agradar a todo el mundo es un trabajo agotador.

Somos seres humanos; sentimos y padecemos, y debemos tener empatía, ser amables, cordiales, brindar una mano amiga a quien lo necesite, en fin… ¡Ser buenas personas!

Es eso en lo que verdaderamente debemos enfocarnos, y no en “¿qué va a decir la gente?”, “¿qué pensarían si yo…?”.

Si estás viviendo plenamente, si estás haciendo lo que te gusta y estás agradecido con lo que eres y con lo que tienes, la opinión de los demás no debería tener ningún efecto en tu ser.

¡Cree en ti!

Evita que tus miedos y los comentarios de la gente, te dañen.

Tomemos acción ¡HOY!

Hagámoslo por nosotros y para nosotros, pues ¡lo merecemos!